Tenía que suceder: tu bebé y tú están en el parque, o en la tienda, o el peor de los casos, en un avión, y de repente sucede, se sale todo del pañal. Escurre por la espalda, por los lados… es un volcán de popó y tú eres la única integrante del equipo de limpieza del desastre. Es un rito de iniciación por el que todos los padres nuevos pasan, pero esta tragedia puede prevenirse y un poco de preparación te servirá muchísimo.
El tamaño lo es todo
Cuando tu bebé tiene una filtración en su pañal, puede que tu primer instinto sea pensar que el pañal no hizo su trabajo, pero es muy probable que en realidad el pañal sea demasiado pequeño. La filtración es un signo de que tu bebé está listo para pasar a la siguiente gama de tamaños de pañales. Puedes utilizar el buscador de tallas Huggies de fácil uso, y así encontrar el tamaño de pañal perfecto para tu bebé en crecimiento. Verifica el ajuste alrededor de las piernas, no solo de la cintura, a fin de garantizar que el elástico esté lo suficientemente ajustado como para evitar filtraciones, pero no demasiado ajustado para dejar una marca o jalar la piel del bebé. A medida que tu bebé progrese al gateo y, luego, al andador, el ajuste será aún más importante y el pañal debe ser simétrico para garantizar un ajuste uniforme en todas partes.
Cambio en la alimentación
A medida que tu bebé crece y su alimentación cambia para incluir alimentos sólidos, como verduras, granos y frutas, sus pañales también van a cambiar, y a veces se produce una reacción inesperada. Cuando incluyas nuevos alimentos en la alimentación de tu bebé, prepárate para cambiar el pañal con mayor frecuencia y mantener tus ojos (y nariz) alerta ante posibles reacciones alérgicas. El dolor de pancita es normal, pero llevar un diario de alimentos te ayudará a saber qué puede tolerar tu bebé y qué es mejor evitar. La preparación es clave
Aunque estés alerta, los escapes pueden ocurrir, y a menudo lo harán en el peor momento posible. Es imprescindible tener pañales adicionales y muchas toallitas en tu bolso de pañales, pero también debes tener un atuendo extra para el bebé e incluso una camiseta de repuesto para ti, ya que tu pequeño puede hacer popó en cualquier momento y lugar. Si tu bebé se encuentra entre etapas o parece estar teniendo un crecimiento acelerado, lleva unos pañales un par de tamaños más grandes para estar listo cuando llegue el momento de hacer el cambio.
Protege la piel de tu bebé
Los escapes ensucian mucho, pero también pueden ser muy irritantes para la piel del bebé, así que asegúrate de limpiar completamente todo rastro de excremento. Pero hazlo con suavidad. Si hay un baño cerca, puedes enjuagar la cola de tu bebé con agua tibia y utilizar toallitas para limpiar el área. Una fina capa de crema de óxido de zinc u otra crema para pañal no irritante ayudará a crear una barrera entre la delicada piel de tu bebé y los futuros escapes.
Sí, habrá escapes. Sin embargo, una vez que comprendas por qué suceden y cómo lidiar con ellos, dejarán de ser algo tan terrible. Además, tendrás una historia divertida que inevitablemente contarás una y otra vez a otros padres que entenderán por completo. Solo mantén la calma y el pañal en su lugar.